Como le parece que tenía problemas familiares y económicos, por la enfermedad de mi mamá, ya a lo único que podía recurrir era a mis cesantías, por la urgencia, vi en Facebook una página de tramitadores de cesantías y quien sabe de qué más, me parecieron convincentes y corrí a llamarlos,
pensé que sería más rápido hacerlo con ellos que con el banco, ingenuamente asumí que prácticamente era lo mismo, les di los datos que necesitaban, me dijeron luego que fuera a la caja de tal banco y sí, me pagaron la plata, salí de la urgencia económica e hice el arreglo que necesitaba en mi casa, pague una alta comisión a los tramitadores, pero también salí del banco despedida. Los papeles de los tramitadores eran unas falsificaciones. No pude salvarme en los descargos, las pruebas eran contundentes, a pesar de mi inocencia e ingenuidad. Terminé sin trabajo, con mi reputación en entredicho, todo por no utilizar los canales que se tienen en todas las empresas para el trámite de las cesantías y en donde trabajaba también. Moraleja: NO BUSQUEMOS CAMINOS FACILISTAS Y RAPIDOS. USEMOS LOS CONDUCTOS REGULARES EN TODOS NUESTROS TRAMITES PARA EJERCER NUESTROS DERECHOS LABORALES LEGALES Y CONVENCIONALES.
También hay que tener en cuenta los conocimientos que como trabajadores se aplican en las entidades financieras con los clientes y usuarios en materia de seguridad, estos son para mi vida personal y profesional. “El desconocimiento de la ley no lo exime de la culpa”.
Saque sus propias conclusiones